lunes, 7 de enero de 2008

El futuro seguirá siendo lo que era...

Pensando en una bola de cristal y en los videntes que en estas pasadas navidades se han dedicado a predecir el futuro... Un futuro que todos podemos adivinar sin una bola ni ningún otro artilugio.
Y leyendo ADN (un díario de Mallorca) he encontrado la columna de Lucía Etxebarria... Para vosotros, para que le pongáis buena cara a la "cuesta de enero".

¡Es la Bola de cristal!

A mí, en este diario, me pagan para que haga unas columnas más o menos simpáticas y nunca me han ofrecido la sección del horóscopo. Y es una pena, porque hago unas predicciones que serían la envidia de Rapel, Aramis y la Bruja Lola. Por si dudan de mis capacidades, les adelanto desde aquí lo que nos pasará en el 2008.
Hugo Chávez seguirá ganando aliados en todo el hemisferio, aunque en su propio país crecera la oposición. Fujimori saldrá de la cárcel. Fiden Castro morirá. Saldrán a la luz más pruebas del entramado corrupto de Vicente Fox. Bush seguirá comentiendo errores garrafales hasta que entregue la presidencia a Hillary. El Netscape desaparecerá. Amaya Montero y La Oreja de Van Gogh, por separado no se comerán un colín. Morirá un histórico político gallego, que ya estaba en el "candelabro" antes de que yo naciera. Los videomensajes harán furor. La crisis en el sector inmobiliario supondrá otra crisis (gorda) para cajas de ahorros y bancos. Caerá el empleo en el secto de construcción residencial (lo siento por los emigrandes). Bajarán la edificación y los precios de la vivienda. El Euribor seguirá subiendo. No pasaremos de cuartos en la Eurocopa. Todos los partidos políticos recurrirán al marketing viral durante las elecciones. Zapatero seguirá en La Moncloa pero por los pelos. Manuel Chaves logrará la mayoría en Andalucía.
Yo me sacaré el carnet de conducir, por mis ovarios.
Y, para cerrar el 2008, Ramón García seguirá dando las campanadas: el futuro sigue siendo el que era.

www.lucia-etxebarria.com

En serio, (ahora soy yo, Eadax), es el fin. Este mundo se arrastra por el fango... ¡Pero qué vida más aburrida! ¡Todo igual!